domingo, 17 de marzo de 2013

dremodregra


Aquella tarde nadie menospreciaba, odiaba y ni siquiera criticaba a nadie, todos miraban directo al cielo, directo al lugar de donde todo había comenzado, esperando mas, esperando que algo sucediera, las personas miraban ansiosas, con morbo y con un sentimiento indescriptible dentro ellos mismos, a algunos hasta la boca se le había humedecido y salivaban como perros esperando que se les alimentase… nada sucedía, todo, absolutamente todo, estaba en silencio, autos, taxis y autobuses se habían detenido ante aquel suceso tan inesperado, nadie, absolutamente nadie había previsto aquel acontecimiento, aquello que para muchos era una causa de fe y una señal divina para otros era meramente una causa natural… y de repente una mujer se arrodillo al suelo y a todo pulmón exclamo una plegaria, un rezo una oración, para que su dios en los cielos la amparase… y en ese momento el acontecimiento que había pasado antes acudió al auxilio de la mujer… una gran e inmensa bola de fuego cayó del cielo y como una pie a una cucaracha aplasto a la mujer… sin piedad alguna, ni hubo nada durante un segundo, ni un dios ni un demonio, aquella plegaria lanzada l aire había sido en vano, y de la nada un grito… un grito ahogado e histérico estremeció el lugar y como si fuese un disparo en plena carrera de relevos las personas salieron corriendo, como gallinas al granero.
Acto seguido una lluvia de inmensas rocas con fuego bajaron del cielo aplastando todo  a su alrededor sin piedad, las personas empezaban a formular la única palabra que se les venía a la mente, “APOCALIPSIS”.